domingo, 24 de julio de 2011

MORTE AMARA






Tres hitos ejemplificantes. Dos  caras de una  moneda. Una sola reflexión en un aciago día de verano.

 A estas alturas ya es incógnita que la Winehouse pudiera haberse recupererado. Si habría sido efectivo para su trayecto de corto recorrido otra vez el ciclo de rehabilitaciones, de volver a la normalidad, de la que, según el baremo oficial, tan alejada estaba.
Ya es irrelevante, por imposible, reconstuir una solución quimera para esta cantante estrella que parecía haber dado todo de sí.
Otro irremediable ángel caído, como lección de fácil extracción para quienes aún vamos de supervivientes. 
Hasta los ángeles necesitan de  manos protectoras  para descender en picado. Una vez roto el suelo,  las alas dejan de servir.
Hoy su  muerte  nos devuelve a la estrella innegable transformada  en moraleja que alguien se empeñará deducir. Hasta ayer,  redescubridora del soul y auténtico boom de las vocalistas femeninas. Fenómenos que han cambiado el perfil de la música pop internacional.
Amy, como otros tocados de la suerte de la industria inglesa, no es sino  su producto palpable,  demoledor  y sofisticado  servido en bandeja de la BRIT School,  edén de formación de futuras estrellas.
¿Consiguió Amy disfrutar del estrellato, o no tuvo tiempo material de digerir la fama y la gloria que le hubiera correspondido protagonizar?
Misterio. Acerca de él correrán ríos de tinta. Seguramente  servirán para  muy poco.
Misterio vs realidad:
Los decapitadores modernos andan camuflados por nuestro alrededor.
Si no se visten de Industria Discográfica o Academias de Estrellas, pueden exhibir otro disfraz más peligroso.
En el folklore noruego portan el simpático nombre de trol, medio hombre, medio monstruo.
Que se sepa,  inofensivos no habiendo constancia  de su existencia real.
No puede decirse otro tanto  de este trol asesino, con carta de naturaleza  y seña de identidad cristiana.
La cual le ha expedido permiso para  eliminar a 85 personas en el nombre de dios.
Ese dios, parece, tan despiadado y tan inútil como lo sean  Alá y Yavé.
Con la venia de estos descomunales pretextos,   se nos ha regado de sangre este mundo del progreso, encarnado  en el Oslo idílico y pacífico.
Las muertes siguen siendo todas amargas. Y algunas  innecesarias.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

5 comentarios:

  1. Hasta hoy no había leido que eres profesora de música, acabáramos....
    Semana trágica, gran pérdida la de Amy.

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  2. Hemos coincidido en el adios a Amy, imagino que como tanta gente. Tu, en prosa; yo, en verso libre; como libre fue ella, que de tanta libertad murió esclava de sus desesperaciónes y ansiedades.
    Hasta hemos elegido la misma canción.

    Un besazo, guapa!!

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  3. Ah, el primer video es electrizante.

    Estás guapa en esa foto.

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  4. Exquisita voz acompañada de ese violín que suena impresionante...me aprieta un nudo en la garganta por que en su melodía lleva la muerte de alguien que se tragó el exito...una voz la de Amy, que deseo su recuerdo se apodere de las últimas imágenes....

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  5. Para la masacre de Oslo no hay ninguna fuerza ni divina ni humana que...no se que decir, es atroz que alguien pueda cometer esa barbarie.

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