jueves, 7 de julio de 2011

ÁNGELES MENOS ÁNGELES




En verano ocurre que los demonios frenan su actividad maligna. Se vuelven entre familiares y campechanos
llegando incluso a camelar al personal.
Los demonios, en su vertiente más veraniega o vacacional también mandan mensajes inocuos , como el  que sigue:
"Un hombre sabio ha dicho que si desaparecen los insectos, el hombre solo sobrevivirá 50 años más en el Mundo; pero si desaparece el hombre, el Planeta se recuperará en 50 años."
Así de golpe, parecería una simpleza carente de interés. Absolutamente es como para pensarlo, sin embargo. De admitir el aviso, ¿Cuál es la papeleta nos corresponde jugar a renglón seguido?  ¿Qué hacer, inmolarse a golpe de insecticida o sencillamente rendir al planeta el culto que merece, con todos los respetos?  De estar tan cerca el fin de los tiempos,  no valdría la pena afanarse en casi nada. O por el contrario, extremaríamos los buenos comportamientos individuales y colectivos.  Y la vida se comportaría como auténtica jauja. Y no, no viene al caso.
Continúan los ángeles malos con cuñas veraniegas de este otro calado:
"¿Habremos acabado con el mecanismo de defensa del que disponía la Naturaleza para regular la población humana y así hacer viable y perdurable para todos los seres la vida en este Planeta?"
Ni siquiera los 'grandes indignados' se han parado a pensarlo. No es probable que tengan previsto hacer de la pregunta otra reivindicación más.
Y el hombre sabio del principio concluye con otra pregunta incómoda:
"¿El descubrimiento de la penicilina por Fleming y los posteriores antibióticos que le siguieron , en contra de lo que pensamos, fue el principio del fin de la humanidad? "
Que respondan los economistas.
Que respondan los ingenieros
Que respondan los políticos
Que responda la banca  y bolsa en pleno
Que respondan los informativos de mi tele
El verano es el verano. No se discute. Y la actividad frenética, política pongamos por caso,  merece un respiro. Sin noticias para debate,  sin sobresaltos en el hemiciclo, sin agobios parlamentarios, sin penas ni glorias para los que no mandan ni mandan ni aún no mandan ni tienen previsto no mandar.
Para todos ellos, entre los cuales todos nos encontramos quiérase o no se quiera, van estos inocentes toques, angelicales aunque pudieran ser demoníacos.
Caso aparte son unas preguntas impertinentes para 'los de la Indignación', ya como de mi propia familia, lo juro.

¿Está prevista fecha de cese [para la indignación]  al igual que se activó en un momento crucial, no ha tanto tiempo?
Hemos dejado de tener trabajo y dejado de ser ricos. Ergo los políticos no nos representan.
La pregunta surge inmediata:
¿Antes sí nos representaban?
Los bancos, esos entes con cara de ángel y cuerpo de demonio, ya no nos regalan el dinero, ergo son tiranos.
¿Y cuando nos lo regalaban, a precio de riqueza, eran menos tiranos, o nosotros menos esclavos siervos suyos?
Estas interrogantes sin ánimo de molestar al personal son el siguiente escalón obligado para cuando al Planeta se le reactiven los principios vitales. Y ocurrirá cuando los antibióticos cumplan su papel. Los políticos se esmeren en su trabajo. Los poderes invisibles dejen de tensar las cuerdas. La  economía regrese por sus fueros, boyante y ecuménica. Los indignados alcancen  en definitiva la dignidad que creen haber perdido.
Los ángeles, como los demonios, a lo suyo.
Felices sueños todos.  Para  comprender que Indignarse es también despertarse de un sueño de ilusiones en que por error dormíamos.
































 




















1 comentario:

  1. Interesante reflexión la que propones, destapando y dejando miserias al aire.

    Saludos.
    Steppen.

    PD: Si hay que inmolarse yo prefiero hacerlo a base de grandes cantidades de caviar Iraní (con cuchara)y Dom perignon.

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