PASO DE PEATONES

Pueden ir a cualquier parte. O pueden quedarse ancladas para toda la eternidad.
Esas son las palabras que no supieron quedarse.
Las miradas que un día decidieron escapar no irán a destino conocido. pero tampoco retornarán por olvidar el trazado de su regreso.
 Están prisioneras del viento. Estancadas y flotantes
Miradas ausentes. Palabras vacías.
No saben acurrucarse entre rendijas.
No saben buscar calor.
Miradas y palabras no aciertan en la vuelta de hoja.
Quieren resbalar por los cristales, como gotas de lluvia
Se llaman palabras y son miradas de auxilio.
No aprenderán  a ser lo que dejaron de ser.
Algo, o algo  más que nada.
Son palabras. Son miradas
Si se van que se vayan. Ya volverán
Son como palomas:
No se sabe a dónde van.
No se sabe el derrotero
que siguieron
 los viejos zapatos,
las hojas del árbol,
las angustias y arrebatos
de palabras y miradas de unos ojos mirando sin permiso
Las palabras manchadas de sangre se han hecho peregrinas.
No se sabe a dónde fueron.
Queda sin cambiar lo cotidiano.
Como todos los lunes y los martes
Como el descalzarse de incomodidades.
Como deslucirse del lavado cerebral.
Como las sorpresas de los crepúsculos en el valle.
Son casi igual que mirarse y ser miradas.
Son como hablarse y ser palabras
No se van a ninguna parte.
Se sueltan de la mano amiga que las ata.
 Se han llamado Miradas. Son palabras
A dónde va el mantel de mesa de festivos.
Lo han sabido las  palabras necesarias.
Qué podremos hacer con los encantos del hogar
para que vuelvan a ser algo
No les permitiremos volver a ser terribles.
Y podrán  retornarse  cuando quieran.
Nunca serán mal recibidos.
Las palabras serán como miradas al caer la tarde

        Si nos basta un periódico
Si nos tranquiliza la calma de un pueblo del cercano oriente llorando por su libertad
Si nos conmueve el último éxito de nuestros actores de turno
Si nos enoja un plagio que suena a grotesco
Si nos conforma una tímida rebaja del 5%
Si nos alegramos de SORTU sin tapujos, a cara descubierta
Si nos dan las dos y las tres renegando de los mandoneantes corruptos,
que visten de levita y traje nuevo, con la etiqueta en la pechera
Si aprendemos a ser simplemente críticos observadores
Si ya tenemos definido que quienes dicen votar a las personas
 es que nunca se atreverán a decir lo que piensan,
Si leéis cuidadosamente,
         Habréis conquistado el espacio en exclusiva de otras
         Miradas que suenan como Palabras.
         Escuchadlas,
         tan bellas