viernes, 10 de junio de 2011

CO-SENOS HASTA DONDE LLEGUEN






La  señora doña Ángela Merkel  tuvo una brillante intervención  hace  pocos años, allá cuando su visita  a Oslo, por asuntos oficiciales. Alguien, bienintencionado habrá que suponer,  retrató a la dama y su  generoso escote. Y por las pintas, el escote y su dueña transmitían una sensación afable, amable, protectora...
Qué mujer no habrá pasado  por similar experiencia en la estrecha relación madre-hijo, en la tarea de amamantar. Y es el caso que un seno infunde prestigio. Y da tranquilidad  y respeto a quien lo contempla.
Doña Ángela Merkel quizá no ha cambiado de seno. Ha dado eso sí el cambiazo con la cara agriada que se le quedó de resultas del pepino.
El pepino español que no cometió falta.
La soja , que tampoco fue causa directa de retortijones.
Doña Merkel ha tomado su buen ver, algo pechugón, sí, mientras contemporizaba con el grande de los grandes, Barack Obama.
"Este señor no puede ser responsable": Escarbemos hasta encontrar el origen del E.coli
De momento, ni rastro. A seguir la pista que marca   la alemana de buena talla . Grata como lo  explicitan sus  senos afables. Y que bien los luzca, bien, mientras no siga equivocándose con las bacterias. O acabará hundiéndonos en la miseria.











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