domingo, 9 de enero de 2011

LAS BUENAS INTENCIONES

Se nos presenta ahora el señor Álvarez Cascos con cara de no haber roto jamás un plato. Y seguro que no le habrá hecho falta llegar a ello.
Su plan es otro. Viene anunciando el cambio. o sea que de lo que nos ofrecía Rajoy y su séquito nada de nada. El cambio viene ahora. Será el cambiazo que tanto predica la derecha transparente hasta quedarse ronca que necesitamos los españoles.
En un contexto exclusivamente político la falta de argumentos es lo que define a los dos bandos que parece han surgido entre ellos: Los Cascos con algún secuaz, los Rajoys con los suyos. . El único ideal e ideario es quitarse de en medio al  gobierno actual, sea como sea. Y en este punto, tanto da lo que diga la cúpula pepera como la rama de reciente escisión.
En el terreno económico, cuanto más revueltas anden las aguas de la economía de casa, mejor que mejor para presentarse todos (ellos) como paradigma de salvación.
Sobran explicaciones del motivo por el que Mr.Cascos se enfurruñó con su tropa y amaga con sacarse de la manga un partido, ¡pero partido, roto! nuevo.
Ni llegará la sangre al río, ni habrá tal cambio. Seguirá minándonos a todos la insufrible crisis, se alzarán ellos con las riendas y para rato tenemos la mejoría que nos promete Monsieur. Luego que se den de tortas entre ellos y una vez en el poder, si lo consiguen, el que más cinche, capador, que dicen por mi tierra.

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