jueves, 1 de septiembre de 2011

VOLVER Y VOLVER





Las vacaciones son un derecho. No sé si vital o fundamental: Derecho al fin. Con tosas las ventajas e inconvenientes.  Deseadas o apetecidas, pero también efímeras. El fin natural viene con el marchamo del mes de 'la vuelta'. 
Septiembre tiene un punto  de distinción  que lo convierte  en el mes por antonomasia. Hasta goza de un veranillo particular allá por San Miguel. No le falta casi nada. Vean si no.
Todo recobra la normalidad. Todo queda consagrado por ley  de rango superior.
Las economías caseras  superan las turbulencias que impone la compra extra. Que si los libros de los churumbeles. Los uniformes, las mochilas, los lápices  y gomas. Las carteras. Las asignaturas pendientes.
Pero todo se olvida.
En septiembre reiniciamos temporada. Recobramos miradas que el verano nos dejó en el olvido.
Reestrenamos trajes y con ellos, junto con los zapatos nuevos,  corremos como chicos  a alcanzar la posición de salida ventajosa para el nuevo curso.
Este septiembre me está dando que hablar.
Tengo la sensación de que una mano negra quiere mecer y tensar la cuerda de lo público, manipulándolo, en favor de lo privado.
En septiembre los ciudadanos vamos a tragarnos  por la fuerza centrípeta  de las señoras que mucho mandan y más ordenan  que tanto derroche obliga, por ley y por amago de amenaza,  a que los pobres interinos den más el callo. Que trabajen más y rindan más con coste cero.
En septiembre la función pública sufre, esta vez sí que sí, las tropelías y las convulsiones de algunos /as 'manda-matarios', digo bien, que nos dejarán la Escuela, sobre todo o casi en exclusiva,  Pública sin plumas y cacareando.
Hubo un dilatado tiempo en que todos los unos de septiembre servidora estrenaba encontrarse con la chiquillería  de la Escuela y del  IES. Pero llegó la posteridad, y se sirvió a gusto en un plato de jubilación.
No se conocía de cerca la existencia de tejemanejes políticos furibundos contra la escuela pública. Tampoco contra la privada.
Hubo un tiempo en que septiembre solo tenía un perfil maravilloso. Eso era como purísima ficción
Hoy septiembre, en honor al romano siete, es tiempo nuevo y temporada nueva.
Sin o con tiempo, morimos.
Con o sin temporada nos presentamos al público, para que nos vea de arriba abajo.
Este septiembre me trae punzantes las palabras gruesas de Federico Trillo con el sonsonete de Luis Bárcenas.
Y en septiembre cambiarán las luces con el inminente equinocio. Con ellas empezaremos a ver de cerca el panorama igualmente inminente de un 29-N como si tal cosa fuera una jugada  a tiempo, parcial o real.
Y esto, al alimón con que la reforma de la Constitución  va lanzando que el gasto se reducirá en un 20%. Todo para que salgan las cuentas.

¡Septiembre septtiembre fiero
que desdices al maestro
y encumbras al  embustero!


































1 comentario:

  1. Es tan horrendo el panorama,tan desolador e inequivocamente exacto para ellos,que todo son zarandajas en pos de la consecución de sus planes, sus intereses,sus despilafarros,sus bienestares.
    La educación, otra vez a la palestra sin ánimo de dar mejoría a una enferma crónica como es el estado educativo en este país.
    Y de lo demás prefiero no hablar que me hierve la sangre.
    Besos.

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