UN PRISMA SIN ÁREA TOTAL

...Y con algún ingrediente más que guardo en el cajón trastero, así quedará este imponente caleidoscopio.
Así, o tal vez como una olla a presión, en peligroso estado de alerta.
La violencia malamente no es ya solo la eufemística 'de género', sin lugar a dudas, la más abominable.
La violencia se ha instalado en la calle y en las plazas. En los Parlamentos, que son en esencia nuestro propio dominio.
Y va estando cada vez más embarrado. Y más imponderable. Y más difícil todavía. Para muestra no solo un botón. Llevamos unos cuantos desde que [el Movimiento, no me gusta el nombre, no me gusta] apareció de súbito en nuestras vidas, incluso en nuestras alcobas, para refrescarnos la  conciencia, poniéndonos en la pista acertada al encuentro de una  "democraciarealya",  tal cual.
Eso fue como el rascar: Hasta empezar.
Violencia no aplaca violencia. Primer aviso para navegantes.
Hemos seguido atónitos,  porque no nos alcanza el discurso,  sin entender una palabra de lo que los infinitos flecos que se deshilan de la 'OR-GA-NI-ZA-CIÓN' parecen defender. Salvo un aplazamiento de desahucio a una familia, y la marimorena del preciso 22 de Mayo, los únicos ecos que  resuenan son los brotes rebotes a lo largo y ancho de España.
Esto no amaina.  Por más que la  acampada general  pierde fuelle o se desmantela. O se reconvierte en no se sabe bien qué.  Imposible calcularle el área, ni aun parcial, si no se le conoce ni perímetro, ni base, ni altura. Ni líder ni portavoz oficial.
Persiste la duda sobre qué fue el elemento matriz  que la lanzó al foro público así, en estampida.
Unos, que si la izquierda más pertinaz. Otros, que si la más recalcitrante derecha.
No falta quien, más de quien,   le coloca el cascabel al mismamente nuevo fichaje de por medio. Rubalcaba da el tipo, vaya.
Los desmanes de los días pasados rebasan en sí mismos las espectativas que vislumbrábamos de, por fin, ¡por fin! la sociedad disconforme y reivindicativa llama a la conciencia de la clase política,  instándola a que  dé luz verde a esa utópica democracia   real  con todas las de la ley, ya. Ya y real, nada menos. Palabras mayores.  Pues va a ser que no. A la brava  y con violencias no hay ley que soporte tamaño peso.
De continuar en esta espiral,  la madeja sola se deshará sin haber encontrado quien la devane en la rueca.
Nos quedaremos o como estábamos antes del quince, o algo peor que después del dieciséis. Mayo de por medio. Violentadas las aspiraciones y manipuladas las espontáneas acampadas, inocuas como casi todo  lo que acontece  en el área de juego.
El 15-M no tiene padrinos aún.  Ni a corto plazo se le adivinan, en serio.
A no ser que el  otoño serene un poquito más los ánimos por un prejuicio de elecciones. Todo pudiera ser.