CONTIGO Y SIN TI

Estaba cantado que ni in extremis se pondrían de acuerdo los empresarios y los sindicatos.
Y tal como se sospechaba, ha ocurrido.
A partir de esta desavenencia, no precisamente una chiquillada temporal, ya no les valdrá ni a unos ni a otros la argucia de salvar los trastos y que otros me los protejan.
A partir de ahora, el 'contigo y sin ti' nos sumirá a todos más a merced de los caprichos de quienes físicamente mercadean el dinero y se hacen con el control de nuestros dineros y de nuestros destinos. Esto de una parte.
Y de otra, como no sea que el presidente J.L.Rodríguez Zapatero se ponga a maquillar con buenos barnices y lacados la penosa situación de crisis, que día a día tiene la cara más fea del  mundo, seguiremos un poco peor de lo que estábamos, cuando parecía ser  que la crisis, por ley de supervivencia, empezaba a amainar.
No ha habido acuerdo, luego habrá que remangarse, quienquiera se remangue, para hacer efectivos y eficaces los recortes, y no precisamente quitarse cuatro coches oficiales y cuatro balones de reglamento.
Sola de por si esta reducción carecería de relevancia si lo que esconde es que el verdadero recorte y amputación será estructural. Ese sí será de efecto perverso,  y por más que no está visible en el escaparate,  notaremos su secuencia en unos pocos meses. Los que faltan para 'dos telediarios'.
Como ya se ha hecho norma, desgraciadamente, que cargue con el mochuelo el que lo está cargando. Total, un sambenito más...
Pero oh, yes,   los empresarios y los sindicatos  seguirán donde siempre. Quietos en su parcelica. Sentados en su cómodo sillón.
Y así sucesivamente, contigo y conmigo sin vivir en mí.