NO SABÍA LEER Y PUNTO

No es exactamente que no supiera.  Sencillamente no leyó. ¡Qué verdadera lástima, Don Gonzalo!
¿Qué  no leyó este ínclito responsable del 'DBE'?  Indolentemente , como si tal  cosa  careciera de importancia, manifiesta no  'haberse leído' la biografia de Franco, ese hombre que fue muchos francos y ni un solo dictador, parece querer decir el señor don Gonzalo Anes, de aquel, a quien arropa y casi exculpa. Ni los equipos de correctores de la Institución ni los equipos de biógrafos son responsables de los deslices o de los olvidos tendenciosos. A tenor de las respuestas del máximo representante de la digna institución, todos llevan la tarea sincronizada sin margen de error, y sin que nadie asuma responsabilidad.
Una vez más y ya son innúmeras las veces, estos restos arcaizantes postfranquistas deberían por respeto y por dignidad callar. Y guardar silencio absoluto, ya que no están dispuestos a pedir disculpas ni a retractarse, ni a corregir errores de bulto, como es pasarse  por el forro del  rigor histórico su criterio miope.
Sí señores. El dictador lo fue.  Y represor tristemente. Y punto, repetido cuatro veces en la incisiva entrevista. No hace falta apelar a vulgares muletillas para no responder a lo que se le pregunta. Aquí sí, en cambio, se hace necesario el punto. Y final.
Sin conceder más balones de oxígeno a quienes pretextan hacer un favor a la comunidad lectora, con sus 43.000 entradas de diccionario, y solo consiguen levantar ampollas que duelen. Porque sí sabemos leer. Porque hemos leído y,  leyendo, sabido qué personaje  se perpetuó como dictadura inacabada.
Entonces nos callaba el silencio.
Ahora podrá ahogarnos. Antes, habremos leído biografías. Aunque no nos guste. Y por descontado, las reclamaciones no recaerán en el maestro armero. Ya está bien.

[Reflexión sobre 'El País', 4 de Junio]