Con esta pregunta retórica a todas luces la respuesta no se haría esperar.
(...) No mando.
¿Dónde se esconde el mandador?
¿Quién ayuda al mandador?
Y quien no manda obedece.
No siempre, porque le cabe la rebeldía.
Y quien no manda mueve los hilos. Los dispone con esmero en la urdimbre. Los acogota.
Hay dos, como mucho tres, modelos de mando:
El directo, (1)
El 'a distancia', (2)
A uno de ellos, que manda, no le gusta pensar en que el único parecido que tenemos con Grecia es la oposición.
Al mismo de antes le hierve la sangre ver en su replicante al auténtico perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
El modelo número 2 ejerce aspirantado a su puesto de mando. Hace bien. Este sujeto mueve perfectos los hilos. No manda, por tanto, pero el efecto galáctico producido es de verdadero mando. No le hace falta más mandamiento que el que anuncia. ¿Allá para los equinocios podría ser?
El número uno afirma con rotundidad ser España capaz de remontar la crisis, ¡con arte y con bemoles! como en otras tristes veces le ha correspondido bregar.
Quien manda manda, y espera de quien aspira a mandar concrete alternativas para hacer viable un diálogo de construcción, verosímil. El actual no pasa de ser un diálogo de besugos, sin más.
Sigue el contexto europeo e internacional exigiendo que España salga airosa de más pruebas duras.
El que no manda pero se mueve con los hilos que lo mueven no está por la labor de superar más pruebas. Su deseo es que el calvario se le despeje cuanto antes para así mandar a gusto. Y a disgusto.
Uno que todavía cree mandar compagina ajustes económicos con austeridad y esperanza. Y confía en que no se deslegitimen ni los sistemas democráticos ni las instituciones.
Al de los hilos, sin mando aparente aún, el tema de la deslegitimación le es puramente tangencial: Como el aire del Moncayo, que cuando sopla, sopla y nos avienta pero nada más.
El colectivo de la Indignación, tupido y numeroso, no es objeto de patología sino de fisiología del modelo de convivencia. Por lo cual les corresponde con urgencia reivindicar el valor y los valores de la política, actualmente parece que muy a la baja.
Esperamos ver muy pronto cómo responden a la vindicación los grupos 1 y 2.
Obviamente tanto uno y otro tienen nombre, apellidos y filiación.
Que el lector los deduzca y componga el tablero.
Servidora se va de retiro.
Servidora se va de retiro.
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PiliPilar aquí hay uno que manda y otro que se muere de ganas por mandar. Uno se retira, harto ya supongo. El otro más soberbio quiere medrar. ¿Qué sucederá? Espero que en el próximo capítulo, más.
ResponderEliminarUfff! De los que quieren mandar yo creo que hay más de uno, con nombre y afiliación, aunque no sea la misma. ¡¡Mandar es tan gratificante!! ¡¡Y está tan bien remunerado!!!
ResponderEliminarNosotros a lo nuestro... ¿o no?, ¿o sí?
Besos.