DE BLANCO A NEGRO PINTANDO GRIS

Expira lentamente el día de difuntos.
Punto número uno: Grecia de los helenos empuja al euro al abismo
Grecia nos marca la agenda, con cumbre o sin cumbre.
Punto número dos: Las Bolsas, no temáis por las de basura, éstas, no, sufren duros retrocesos y los bancos caen a plomo.
Punto número tres: La Iglesia de Inglaterra media por los Indignados.
Simultáneamente, la Iglesia española se lanza explícita a hacer su apostolado. A meter las narices donde no la llaman y a pedir el voto para  el partido de los desfavorecidos: El de envoltura neoliberal, aun con programa ambiguo.
Punto número cuatro:  A servidora se le  cae la cara de idiota que conservaba  impecable hasta ayer mismo. Y el señor Rajoy, futuro mandarín,  ensaya ante su espejo cómo se las apañará en la luna de miel-hiel que le espera: Si gozando de la bienaventuranza que la votaDURA le otorgue, o si relinchando ante Europa la pésima breva que le deja su opositor de oposición opuestamente depuesto, para que vaya tirando mientras le duren los parches, allá hasta la primavera.
Tengo para mí que a los foros grecoeuropeos no les hará maldito  tilín escuchar lamentaciones. Para estas, basta el muro.
Al futuro señor mandarín también alguien le enseñará los colmillos afilados cuando la crisis de crisis repunte ¡aún más! y ya al  saliente mandatario  (?) le pille disfrutando las odiosas 'merecidas vacaciones', que nunca son merecidas, sino derecho.
Aquí estamos,  queridos lectores, con este delicioso carnaval. Sopesando la dialéctica de quien siempre tuvo a bien no tener nada que decir.
Aquí,  tolerando la descabellada argucia del futurible de pegarse un año culpando al anterior en lugar de ejercer la gobernanza de una puñetera vez.
Aquí, lucubrando sobre quién se pondrá al frente de la cartera de Economía, tal como pinta la cosa, mírese por donde se mire.
En consecuencia, del blanco al negro dándose unos rodeos por los grises. Los cucos del bosque. Los pianistas.Los fósiles y el cuerpo a cuerpo entre dos esqueletos.
Pero esto será objeto de sucesivas miradas.
Contemplemos el  auténtico Carnaval, el  de Camile, con permiso.