INOCENTE CACAHUET

Por fin vio luz el secreto mejor guardado del 'Aspirante'. Aquel que no osó salir ni a la venta.
No el que sacará de la chistera para conocimiento del personal cuando toque. Es decir en cuanto se abra la veda campañera electo-real.
El arcano ya llevaba un tiempo dando vueltas hasta que ha tomado forma de  auténtica muñeca vestida de azul.  Que cuatro años atrás no era sino una simple 'La niña de Rajoy'. ¿Estamos en la onda? ¿Recuerdan?
La niña se hizo mujer. Ha crecido lo suyo y, devenida  en crisálida, salta de júbilo a los aires, ya con las mejores galas para que todo el mundo, incluído el mundo idiota llamado a las urnas (sic Esteban Pons), pueda disfrutarla  de pleno: La nenuca además se llamará Felicidad.  Y la gozaremos de norte a sur, de este oeste a aquel lejano sol naciente.
Y nadie vivirá más infeliz que el hombre feliz que no llevaba camisa.
¡La felicidad! Aspiración universal del género humano.
No es bajeza chabacana que un personaje público se procure rentabilidad  política con este pueril ofrecimiento.
La  torpeza quedará superada con creces con  la  actitud entre condescendiente de 'oh, yes, mi señor, quiero ser feliz y en ti  pongo las esperanzas'  de una buena porción de pobación  votante que no ve más allá de sus ojos, sencillamente porque no le interesa ver.
Visto lo visto, si por toda reflexión nos servimos de semejante simpleza de adolescente, habrá que gritar a los cuatro vientos el clásico "Apaga y Vámonos".
Ni líneas concretas de programa, ni inconcreciones sobre la res publica. Total, para qué complicarse uno, si dentro de cuatro meses tocará de nuevo despotricar del gobierno,  gane quien gane.
Quien quiera entender, entienda.
Yo, con Al-bano. Al loro



(Por sugerencia de mi amiga Loly Salvador)