NADA MÁS DÍGAME. PLEASE

  
 Comprendo que soy de principios. Que ello me dicta qué debo hacer en todo instante.  Qué debo no hacer.
De unas fechas hasta ahora he resuelto hacer oídos sordos a cualquier llamada oculta. . Ésas que solo vienen a incordiarte  la hora sacrosanta del almuerzo en familia. Unida. Ejemplar y moderna. O el delicado momento del levantarse, tan personal e íntimo.
Dado el frenesí del momento, a falta no más que de la apoteosis  final, me sobran argumentos para sopesar  el mensaje subliminal  del operador/a  a horas intempestivas:  Se interesa  por si mi salud es óptima.  Por en qué punto exacto  andan mis preferencias en busca del  ideal balneario insonorizado una vez llegada mi hora sexta.
Por cómo se volatiliza, oh!, mi status bancario.   Y con escaso disimulo, me lanzan la pregunta 'intemerata':
-"¿Qué tal, cuáles son sus teorías sobre el   inminente recambio gubernamental?"
Yo, qué quieren  ustedes  que les diga,  tumba. Sin soltar prenda no vaya a ser que espante al personal. O me espanten a mí. A medias sostengo el hilo telefónico. No estoy para concesiones, se lo aseguro.
Bastante tengo con sortear  mal que bien los planes inconfesados de Mi Señora Merkel, tan distante como  cercana, poniendo los puntos sobre las íes  en  el comportamiento  de todos los inquilinos  de la Europa civilizada...Total mil Kilómetros   arriba abajo sobre un  mapa europeo  se miden en un palmo de nada. Bitte, Doña Ángela.
En tanto, sigue la voz en off acaparando mi atención geopolítica.
Auténtica   charada entre el fiel oprador y servidora  en un deseperado intento por sonsacarme el sentido de mi voto.
Cuando unas voces rotas por la frecuencia modulada irrumpen en tromba anunciando la llegada del hipotético redemptor  mundi  a las ondas de la SER. Y se hace el silencio. Oigámosle.
Aprovechando  un descuido, cuelgo con diplomacia al eterno operador y  asumo estoica,  (mente), lo que se me viene encima,  vía  entrevista radiada. El mensaje no deja lugar a dudas. Me confirma que mi pobre país no dependerá de los votos ultramontanos. Para qué, si  ya los  tecnócratas al acecho tenderán su vara mágica, ¡Clic! para  solución efectiva de los políticos que no sirven.
Acabada  la plática con Francino,  por un prurito de precaución ante la que se avecina,  decido para mis adentros poner mis barbas  a remojar, que las del  'VECINO' ya están  casi peladas.
Aún sumida en el despertar de aquel sueño, ¿recuerdan, de apenas dos días?,  regreso como puedo al mundo real . Sin operadores. Sin candidatos. Con candidatos. Solo con mi conciencia, que no es poco.
Y con El Mesías, indescifrable.