PELILLOS A LA MAR

No se lo tomen a mal, queridos blogoaficionados:  La risa floja de ayer descoyuntaba al inverosímil. Hoy  me desconjunciona a mí, claro que   por muy distinto motivo. El noticiario de mis sueños ha producido como  escalofríos , en lugar del efecto balsámico  habitual.   Se me ha clavado  una inquietante punzada apenas oir que  a Bin Laden se lo tragó el mar. Enterito y con lastre para que se lo coman los tiburones. 
Ahora ya no será necesario sacarle  la información  tan ansiada como valiosa acerca de las células terroristas bajo control de Al Qaeda. Ya no. Y roguemos porque no se cumpla lo de 'a rey muerto, rey puesto'. Que salgan a flote los relevos del frágil Osama.  Ni siquiera se nos pase por la cabeza que todo haya podido ser una patraña para desintoxicarnos de tanta malas  noticias que padecemos. 
Mientras los experimentados analistas políticos no aporten pistas fiables, el gallinero mediático se nos va a alborotar  lo indecible y se entrevé la duda existencial de 'véante mis ojos, dulce jesús bueno'. ¿Será Bin Laden el de verdad el que han echado por la borda? 
 Toda una década  yendo tras él, para  darle su merecido,    con una simple mar océana  a tiro de piedra...
A esta noticia se ha sumado la otra, mucho más inquitante, de la suerte que nos prepara 'Bildu', mientras recurren la sentencia de hoy, del Supremo.
No hay manera de disfrutar una semana entera sin sobresaltos. Y con  el PNV, que se nos ha enfurruñado.  ¡Vaya por dios!
Unos minutos con Reynaldo no les pesará. Para mitigar las punzadas, más que nada.

["S'il est vrai, Chloris, que tu m'aimes, Si es verdad, Chloris, que me amas,

Mais j'entends, que tu m'aimes bien, Y he oído, que bien me quieres..."]