CUANDO EL ESPECTRO ...

El arco iris simpático que siempre ponía fin momentáneo a la tormenta se ha quedado sin color.
A la España, muy vertebrada esta vez, sí,  le han sacado los colores.
No es ahora el arrebol de sus mejillas.
No es el intenso mar del cielo.
No es la pradera de las hojas verdes.
No, siquiera, el gualda entre turquesas
Y no por cierto, ni en duda,  aquella desvahída palidez cuando se hizo la luna perla.
No, no.
Mi España mía ha acrisolado negro de luto ardiente.
Se me ha vestido de negro. Y en negro humo se siente aunque una mancha de azul peleona con el carmesí
se extiende.  Sin peineta y sin mantillas, pero drama de tarde toril y papeletas de sobre. Sepia caramelizada.
Mi España está espectral. Lleva dos días empeñada  en cantarle las mañanitas al mismísimo rey David y solo se le sueltan coplas de mal remedo democrático que nadie entiende. Ni yo, que creía entenderlo todo.
No me salen las cuentas que ayer veía tan fáciles: Cuatro más cinco hacían un total de diez menos una.
Eso, ayer. Hoy cinco más cuatro hacen mayoría absoluta. Que es como en los tiempos de la modernidad, no los 'del Cólera,' sacamos la cuenta. Esto es la democracia, entre otras muchísimas más entelequias.
Es lo que mi cabeza  acierta a  pensar, maños. Cuando todo pase me quedaré de poeta o cantaré este magnífico Gloria.  ¿Estamos?, como dicen por aquí, cerquita de España bravía. ¡Gloria!