Todos caben en este tren de viajeros: Los que leen, los que escriben, los que solo miran y se bajan en la próxima.
sábado, 3 de septiembre de 2011
¿QUÉ QUEDA DE LOS GENIOS?
Como me ponga fura te arranco un ojo: el blog
Nunca tanto como en tiempo de crisis solemos dar solaz al espíritu.
Nunca como en época de vacas flacas permitimos tanto dejar en suspense la imaginación. Y a cambio damos vueltas de tuerca innecesarias, también incómodas, a acontecimientos sin importancia.
No es imaginación, ni es suspense, ni es acontentamiento del espíritu saber la última decisión salomónica de la señora Cospedal. De Cospedal, por atenernos al pie de la letra. La última es emprenderla a base de tijeretazo contra todo lo que suene a 'herencia anterior de despilfarro'. Ahora la leyenda urbanita la rebautiza cariñosamente como "Manostijeras".
En otro ángulo encontramos otra perla casi perdida, no olvidada, en absoluto, del caso Gürtel. Por aquí retoñan la corrupción concreta del Pepé y la exculpación provisional de Bárcenas.
La reseña escrita informa de que
"A Bárcenas se le imputaba un delito fiscal, otro de cohecho y otro de blanqueo de capitales, relacionados todos ellos con la percepción de un millón largo de euros en concepto de comisiones, según los apuntes contables reseñados en la caja B de la trama Gürtel a nombre de "L", "L. B." y "LBárcenas". Pero el juez no cree que esas siglas correspondan al extesorero del PP , siendo posible que existan otras personas en el universo Gürtel a las que podrían atribuirse."
¿A quién se espera para indagar sobre esas posibles personalidades escondidas bajo tales L, y L. B.?
Da la sensación de que el señor Pedreira, encargado del caso, sea otro genio creador de ficciones, al mejor estilo Ágatha Christie.
Sea como sea, ni los genios mueren del todo, ni el caso Gürtel desaparece de cartelera así por las buenas.
Mientras, para apaciguar los ánimos y sentar bases de cordura, sale a colación el manido ejemplo de la educación. Claro está, amenazada por los cortes y recortes.
Han pasado 130 densos años desde que dibujara Don Benito Pérez Galdós las típicas dolencias sociales originadas por la carencia de reconstituyentes como son, eran ya por entonces, la aritmética, el sentido común, la lógica y la moral. El tiempo implacable pasa, pero los principios ahí están. No hubiera sido en balde que el mismísimo Benedicto XVI los llevara como lema de discurso en su reciente visita sin necesidad de otras curas balsámicas que propuso a su audiencia gentil. Quizá con ello se habría evitado la misma visita y la oleada de contra-visita que tanto ha dado que hablar.
Pérez Galdós, a su modo, fue un genial artífice de la palabra.
Pasan los años, se suceden las distintas legislaturas y con todo, continúa la educación siendo la grave e intocable asignatura pendiente, que no remedia ningún examen extraordinario de ningún septiembre.
No surge ni en sueños el intento serio de moldear una conciencia social colectiva, de rigor, transcendente, con la educación como base de todo progreso de cualquier país, en concreto España.
Muy por el contrario, lo único que prima es el temido ¡y temerario! recorte a saco, con la tijera bien afilada sobre los gastos a los que siempre se denomina despilfarro, para disimular aquello de 'la paja en el ojo ajeno...'
El tijeretazo se cobra las primeras víctimas: La calidad de la enseñanza y la moral y entusiasmo del profesorado. Dos piezas que no admiten repuesto por desgaste. Se desechan por inservibles y listo.
Mas así deambulan las genialidades, en este caso políticas, que conocen bien el fácil mecanismo de subir la nota de corte para entrar en la Universidad en pos de la titulación como maestro de escuela o profesor de Secundaria , todo con un coste casi cero. ¿Pero cómo habrá de calificarse la reducción de gastos, de recursos materiales, económicos y humanos? La respuesta surge espontánea sin ambages: Es un agravio comparativo. Considerando primordialmente el sector público el más y principalmente afectado, frente al sector privado y aun concertado. Es un suicidio a muy corto plazo. Es una afrenta descarada. Por más que nuestros geniales rabinos de la Ley solo vean las curas extemporáneas a base de ungüentos tópicos. Pura pomada con efectos secundarios.
Mal está el panorama.
Lo aliviará nuestros violonchelistas indiscutibles. Escuchen y conmuévanse. Falta hace.
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Pues gracias a los violines se puede ir tragando todo el espesor de lo que nos redactas, amiga. Tanto recorte atraganta, se queda en la garganta, y como no queda otra que ir pasándolo, habrá que tomar grandes dosis de buena música que nos haga olvidar o ir rumiando tanto desatino.
ResponderEliminarBesos, preciosa.
- grandes violines, desde luego.
ResponderEliminarsaludos blogueros, Pilar