BUENAS NUEVAS Y CASTAÑAS ASADAS

Estos que se precipitan imparables son eventos con los que se redondeará más de una mesa navideña.
El abogado de José Bretón, con encomiable entrega a la causa de su defendido.
El abogado activo-pasivo que entenderá de aquellas pifias y enredos con sabor a cohecho y tramas fraudulentas, revestidas por un 'sastrecillo valiente'. Por la presente, sastre sin pena ni gloria, ea!
Que el señor Camps también anda  por un banquillo  descosiendo hechuras a su  medida.
El abogado imparcial, discreto y vigilante de las andanzas de un duque. Hoy por hoy, de Palma.

('Memento homo...')
Buenas son nuevas si una mesa de àgape amenizan.
Yo, en mi deplorable situación analista, solo acierto a dejarme llevar por los vaivenes de actualidad.
Eso sí, harta más que harta del eufemismo de moda, que nadie entiende y todos malutilizan. ¡Dale con el 'presunto'!
Presuntoo/a , igualito que las riquísimas marron glacé si no hay quien pueda adquirirlas. Intocables al amparo de la ley.
Aquel señor duque, que arribó a tal por la puerta grande y ancha de realeza, es ahora, dicen de momento, presunto..
Aquel-aquella jugador anónimo , tañedor de la suerte o del  balonmano no hubiera osado meterse en camisa de once varas, con el nombre llano de negocios y trapicheos. Pero la ocasión hizo al ladrón, reza el refrán. Y al arrimo  de una casa real, el anónimo elitista jugador olímpico,  de la noche a la mañana halló a su medida  amparo  sancionado   también por por ley. Y la fama lo encumbró, como los negocios lo asfixiaron.
La Casa Real  quita hierro al 'escándalo Urdangarin'  y lo trata  como simple 'tema privado'. Habrá quien bienintencionadamente  así lo crea. Allá creyentes y credos. Yo, con sencillez, ni quito ni pongo rey, pero no puedo creerlo.
Aupada  la  nueva Presidencia por millones de votantes, es de esperar se pronuncie  exigiendo transparencia total en tan singular real  escándalo.  Puestos a ser transparentes, como han solicitado hasta la saciedad...
Luego llegarán  las presunciones, las  inocencias,  las excusas, las mentirolas y las verdades.
Es más que posible que, una vez más, de los dinerales públicos distraídos a no se sabe qué bolsillos y qué paraísos, no se sepa jamás de la misa la media.
¿Qué viene ahora?

¡Buenas nuevas, Oi Betlehem'!
Deguste usted si puede permitírselo, las sabrosas castañas asadas. De tradición sobrada, y en mi tierra simples y humildes 'pilongas'.
Sean felices. Lo merecen.
De seguir por esta pendiente, igual en cualquier momento me hago adepta a la III República.. Lo pensaré.